38 grados esta noche y...
Publicado: 10 Ago 2012, 09:50Salí a dar un paseo, recién duchado, a eso de las 4:45 de la madrugada. El viento me daba en la cara. Me refrescaba ligeramente. Pero andé y andé, buscando aire, buscando fresco. Llevaba un short de sudadera, una camiseta de algodón egipcio, unas chanclas, nada más. Los huevos se me desplazaban en los shorts sueltos a cada paso, las chanclas hacían chop chop a cada pisada, el sudor recorría mis costados desde las axilas, el cuello desde las patillas. Andé y andé Bravo Murillo abajo, pasé Cuatro caminos, llegué a Alonso Martines, andé y andé buscando el fresco, el aire, la brisa, lo que fuera. Andaba y andaba huyendo del calor que dominaba toda la ciudad cuando. Coño. ¿Que es eso? Serían casi las 5 de la madrugada, noche de jueves a viernes por la mañana, una pareja follaba sobre el cesped en mitad de la calle Fuencarral, a la altura del maldito pingüino de la taberna del águila blanca. Culo depilado, huevos colganderos, seguramente borracho, el muchacho bombeaba con esmero y parsimonia. BAM BAMBAM BAM! sin importarle que los transeúntes trasnochadores/madrugueros le mirásemos el ano mientras penetraba a su novia. Bonitos huevos depilados, bonitas nalgas sin un pelo. Le miré durante un instante sonriendo y seguí avanzando (hacía un calor espantoso y nada de brisa ahí y la verdad, no me pone el voyeurismo) cuando oigo más adelante a un barrendero nocturno: "Me cago en la leche puta, chaval. ¿Eso es lo que creo que es?" "Ya lo creo". El tipo se carcajea. Cruza aquí, chaval, no molestemos a la parejita, démosle "intimidad"". Y el tipo puso las comillas con los dedos y siguió descojonándose. La noche era bizarra. Seguí avanzando por hortaleza hasta Gravina, Pelayo, Chueca, San BArtolomé y San Marcos, asombrado de ver gays comiéndose a besos, italianos, franceses, ingleses, y de media sudamérica tirados en la plaza o frotándose en cualquier rincón mientras los relaciones públicas desesperados y los vendelatas chinos les perseguían en vano. Vi a un par de viejos trans o dracs salir cansados de su curro, podrían ser mis abuelas, tal vez lo fueran, joder, de lo viejas que parecían. ¿cómo puede haber vida a estas horas este día, este mes con este calor infernal, infame? No lo entendía, y menos entendía como un borracho ecuatoriano de unos 19 años se creía que podía abordarme con tal descaro y ofrecerme su pene frente al LL como si yo fuera a caer en semejante bajeza. Así que le posé sobre una pared y seguí adelante diciéndole que era "demasiado temprano para esas mierdas". Asombrado del precio de una lata de cocacola a las 5 y media de la mañana de un viernes de Agosto continúo andando. llegué a Gran Via y una sombra de brisa me recompensó, pero el dolor que me hacía la tirilla de mi chancla izquierda no merecía el esfuerzo, la verdad. Caminé Gran Via hasta Callao, callejeé por las peatonales de allá por mero capricho, dado que ahí no corría ni el aire, siguiendo a una italiana descalza con los pies negros. Cuando veo a dos borrachas de unos 18 años hablando de sus fracasos sexuales a voz en grito. "Me rechaza, borracha, me llama el maricón. Pues perdió un povo guay que cualquieda quiciera. ¡Tú, perilla! ¿quiedes tú un polvo guay?" "¡No, por Dios, no!" Se descojonan alcoholizadas. "Por Dios, por Dios. ¡Le has horrorizado!" Se rien, me rio, sigo adelante. Veo 3 bañeras y 6 zetas ante la discoteca del viejo cine del palacio de la Prensa. Una ambulancia recoge a un enorme negro calvo más tieso que la mojama. La gente, obviamente, le graba y fotografía con docenas de móviles riendo. Flashes en la Gran Via, como cuando vienen los artistas de Hollywood. Flashes para un negro muerto. Me duelen los pies y el sudor me empapa. Me doy cuenta que el paseo no me lleva al fresco sino al agotamiento. Pero de perdidos al rio, sigo andando, vuelvo a Chueca, paseo por otras de sus callejuelas. Asombrado veo a un chico de unos 18 años tumbado en la acera sobre lo que espero sea su propio vómito. 3 Flyers sobre su pecho, pegados por las miasmas. Me doy cuenta de que no merece ni quitarle la cartera, en realidad porque no lleva nada encima. Está limpio. Así que sigo adelante tranqui porque se le oye respirar. Son casi las seis y media de la madrugada de un viernes 9 de Agosto de 2012 y tengo bastante noche bizarra para dar y tomar. Ni una misérrima gota de alcohol en mis venas ni mis tripas. No estoy acostumbrado a esta sobriedad y este calor y este sudor y este dolor de pies en vano y soledad. La salvación: Un bar de mala muerte abierto. Un café, un periódico, un telediario. La noche ha terminado. Ya es por la mañana, como cada día laborable. El aire acondicionado del bar me devuelve a la vida y seca mis legañas. Tomo el café a sorbos mientras leo horrores y mentiras. Ya fresco y cafeinado voy al metro, salto el torniquete, me bajo en mi parada. Me despego la ropa y me ducho con agua fria, que es lo que tenía que haber hecho en primer lugar antes de salir a la noche bizarra. Escribo este texto infame desnudo antes de meterme en la cama con el aire acondicionado echando humo. Enfriando una mierda. Debe estar sin recarga o algo. Bah, me voy a la cama. O no. Tal vez me vaya a cortarme el pelo. ¿Qué más da?
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Mierda... Esto casi es un relato yiff ahora que lo releo. Bah. Recolóquese en el lugar que sea, sea la papelera, sea. Es la verdad. Horrenda y calurosa. Mañana tengo que repetir este periplo en buena compañía y unas copas.
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Mierda... Esto casi es un relato yiff ahora que lo releo. Bah. Recolóquese en el lugar que sea, sea la papelera, sea. Es la verdad. Horrenda y calurosa. Mañana tengo que repetir este periplo en buena compañía y unas copas.
