-Por Favor, me da una caja de preservativos?
-Lo siento caballero, pero esto es una tienda de suministros navales...
-Pues eso! pal navo!
Y un clásico ya.
Iba Manolo por la calle y de repente se encontró con una rana, la cuál le dijo:
- Oiga, oiga.
- Hostia, ¡una rana que habla!
- No soy una rana, soy una princesa, me han encantado y me han convertido en rana. La única forma de volver a ser una persona de nuevo es que alguien me eche un polvo.
- Bueno, pues vamos al lío, todo sea por ayudar al prójimo.
Y así, en mitad del acto, la rana se convirtió en una niña de 14 años.
Y ésta, señor juez, es la versión de mi cliente.