Entre 1996 y 1997, movitados por el Geek Code de Robert A. Hayden, hubo entre las muchas culturas internetísticas la fiebre de los codes, una manera más de reforzar la propia identidad de cada conjunto. También lo hubo entre furries, y por supuesto entre zoos; hace unos años hice una última revisión del zoo code que está en
http://zoocode.prophile.org .
Aunque actualmente entre individuos asentados de cada comunidad apenas se usan los codes, siempre aparecen nuevas versiones, de personas atraídas por el concepto. En mi opinión son parte de la cultura histórica de tantas nuevas tendencias sociales que han crecido con internet, más que, digamos, un recurso 'de utilidad inmediata': crípticos, escuetos, no sustituyen de ninguna manera al trato más personal entre miembros.
Pero su uso y creación es probablemente más enriquecedor que la mayoría de hobbies habituales en cada subcultura (en la furry, acumular porno, o pasear por Second Life).