Manifiesto del Club Social de Caballeros Furries.
Publicado: 29 Abr 2011, 22:44
¡Ah, ahí esta usted! Le estábamos esperando, no se puede comenzar esta reunión sin alguien tan importante para este sitio como lo es usted, pase y siéntese, por favor, bueno, ya estamos todos, empecemos.
Miss Longcockington, sirva mas Champín a los invitados.
¡Buen día, caballeros! Muchos de ustedes, sentados en sus cómodos sillones de terciopelo verde del mas puro estilo Rococó se estarán preguntando por que cuatro caballeros con traje, buenos modales y una extraña afinidad por el champán sin alcohol han irrumpido en esta tranquilidad que tan bien tenían establecida. Bueno, para eso estamos todos aquí, para explicarles por encima cuales las ideas que nos impulsan a cometer estos actos de extenso valor cultural y moral.
No obstante, debemos remitirnos a los comienzos para poder explicar tamaños actos.
Recuerdo que fue hace unos meses, me encontraba yo acomodado en mi butacón favorito del Club Social Derpes, ya saben, en Picadilly Circus, en Londres, es un club de buen gusto y renombre, no uno de esos regentados por vulgares meretrices. Opino que el término de "Club" ha sido sumamente desprestigiado en las ultimas décadas. Estaba, como ya dije, sentado en mi butacón con una copa de champín en una mano mirando embobado a la chimenea que se encontraba frente a mi crepitando. Fue entonces cuando mi atención se fijó en la puerta del establecimiento, la cual se estaba abriendo para dejar paso a tres tipos, un zorro, un gato y un dragón, iban los tres muy bien trajeados y no parecían del Movimiento Revolucionario que había surgido en aquellos momentos para derrocar a la reina. Le pregunté a Miss Longcockington, a quien ustedes ya conocerán, que quienes eran esos caballeros tan bien educados, hizo algunos gestos y la pedí que hablase mas alto, pero entonces recordé que no tiene lengua, así que la despaché. Tras estar un rato hablando en la entrada, uno de ellos hizo un gesto y se acercaron al minibar, el cual se encuentra bastante mas cerca de la posición en la que me hallaba y pude oír su conversación perfectamente, querían invertir en alguna empresa de las américas, así que me levanté, me presenté ante ellos con toda educación y les sugerí invertir en una plantación de melocotones en almibar que estaba ganando bastante dinero últimamente. Tras eso surgió una amistad movida por el interés mas banal, que poco a poco se fue convirtiendo en una amistad mas cercana.
Lamentablemente, el club en el que nos reuníamos todas las tardes cerró por una contaminación de amianto y roca lunar pulverizada y convertida en gel. Si no fuese por el alto contenido en radón del champín, estaríamos todos muertos o estériles.
Así que decidimos, tras tal desolador panorama, buscar un nuevo Club Social en el que poder reunirnos, y encontramos justo al otro lado de la carretera un cartel en el que ponía FurryMadrid, decidimos entrar y el shock fue instantáneo, un club bastante tranquilo y silencioso, aunque tenía imágenes impúdicas colgadas por las paredes, algo que nos pareció de mal gusto para nuestros delicados sentidos.
Así que aquí estamos, haciendo lo que podemos para aumentar la cultura y reducir el contenido sexual que tan ofensivo es para todos nosotros.
Esto es lo que defendemos:
·La cultura
·El buen gusto
·La inmaculidad
·El Champín
Para ello proponemos:
·Crear debates de interés cultural, para, por ejemplo, hablar de algún libro mientras tomamos champín.
·Ponerle traje a todas las imágenes de la galería que vayan en paños menores, así como al oso pardo del banner.
·Comprar un gramófono... y mas champín.
Miss Longcockington, sirva mas Champín a los invitados.
¡Buen día, caballeros! Muchos de ustedes, sentados en sus cómodos sillones de terciopelo verde del mas puro estilo Rococó se estarán preguntando por que cuatro caballeros con traje, buenos modales y una extraña afinidad por el champán sin alcohol han irrumpido en esta tranquilidad que tan bien tenían establecida. Bueno, para eso estamos todos aquí, para explicarles por encima cuales las ideas que nos impulsan a cometer estos actos de extenso valor cultural y moral.
No obstante, debemos remitirnos a los comienzos para poder explicar tamaños actos.
Recuerdo que fue hace unos meses, me encontraba yo acomodado en mi butacón favorito del Club Social Derpes, ya saben, en Picadilly Circus, en Londres, es un club de buen gusto y renombre, no uno de esos regentados por vulgares meretrices. Opino que el término de "Club" ha sido sumamente desprestigiado en las ultimas décadas. Estaba, como ya dije, sentado en mi butacón con una copa de champín en una mano mirando embobado a la chimenea que se encontraba frente a mi crepitando. Fue entonces cuando mi atención se fijó en la puerta del establecimiento, la cual se estaba abriendo para dejar paso a tres tipos, un zorro, un gato y un dragón, iban los tres muy bien trajeados y no parecían del Movimiento Revolucionario que había surgido en aquellos momentos para derrocar a la reina. Le pregunté a Miss Longcockington, a quien ustedes ya conocerán, que quienes eran esos caballeros tan bien educados, hizo algunos gestos y la pedí que hablase mas alto, pero entonces recordé que no tiene lengua, así que la despaché. Tras estar un rato hablando en la entrada, uno de ellos hizo un gesto y se acercaron al minibar, el cual se encuentra bastante mas cerca de la posición en la que me hallaba y pude oír su conversación perfectamente, querían invertir en alguna empresa de las américas, así que me levanté, me presenté ante ellos con toda educación y les sugerí invertir en una plantación de melocotones en almibar que estaba ganando bastante dinero últimamente. Tras eso surgió una amistad movida por el interés mas banal, que poco a poco se fue convirtiendo en una amistad mas cercana.
Lamentablemente, el club en el que nos reuníamos todas las tardes cerró por una contaminación de amianto y roca lunar pulverizada y convertida en gel. Si no fuese por el alto contenido en radón del champín, estaríamos todos muertos o estériles.
Así que decidimos, tras tal desolador panorama, buscar un nuevo Club Social en el que poder reunirnos, y encontramos justo al otro lado de la carretera un cartel en el que ponía FurryMadrid, decidimos entrar y el shock fue instantáneo, un club bastante tranquilo y silencioso, aunque tenía imágenes impúdicas colgadas por las paredes, algo que nos pareció de mal gusto para nuestros delicados sentidos.
Así que aquí estamos, haciendo lo que podemos para aumentar la cultura y reducir el contenido sexual que tan ofensivo es para todos nosotros.
Esto es lo que defendemos:
·La cultura
·El buen gusto
·La inmaculidad
·El Champín
Para ello proponemos:
·Crear debates de interés cultural, para, por ejemplo, hablar de algún libro mientras tomamos champín.
·Ponerle traje a todas las imágenes de la galería que vayan en paños menores, así como al oso pardo del banner.
·Comprar un gramófono... y mas champín.