(FIC) Renacer de un Héroe
Publicado: 14 Jul 2011, 22:12
Este es mi primer FIC que publico acá, espero que lo disfruten.
Cap.1 Héroe
En un lugar, en donde el mal reinaba con puño de hierro, sus habitantes vivían bajo un régimen de vida vacía, sin saber lo que era en verdad vivir, pensaban que la vida era las cosas que traían placer, y no lo que en verdad era vida. Nadie sabía en realidad quienes eran, solo seguían lo que les decía su nefasto líder. Pero, entre las oscuras y frías calles de la ciudad, rondaba un Héroe. Nadie le conocía en realidad, pensaban que era un vago, un solitario, insociable, el mas puro ejemplo de escoria de la sociedad; pero no era así. Este tenía una misión, una misión que cumpliría a cualquier precio, aun si esto significaba pagar con su vida. Pero, ¿qué misión es tan importante como para dar hasta su propia vida por cumplirla?
En la ciudad, había un pequeño grupo, que estaban decididos ha hacer un cambio, no solo en sus vidas, si no en la ciudad entera y así poder sacar del poder al malvado líder, al cual llamaban “Atra” y a su mano derecha “Metus”. Pero lo único que les impedía avanzar y lograr su cometido, era la falta de un líder, que los mantuviera unidos y los impulsara a realizar sus sueños. ¿Quién seria este líder?
-Martín… si no hacemos nada pronto, nuestros esfuerzos serán en vano- se oye decir de un joven –Tranquilo, todo a su tiempo, ahora tenemos que encontrar a alguien que nos guie- dice otro un poco mas mayor –pero por que no nos diriges tu Martín… si tanto buscas un líder, por que no tomas tu el liderazgo del grupo- hubo un largo silencio incomodo, mientras el rostro de Martín solo se reflejaba seriedad –no… no estoy listo…- suspiro mientras golpeaba la pared del sótano en el que estaban –Pe…pero como que no estas listo, si tu mismo fuiste quien iniciaste el gru…- ¡¡¡LO SE!!! –Gritó- pero mira hasta donde los he llevado... ya capturaron a 5 y ejecutaron a 3… ¿¡como cabe en tu cabeza que yo pueda ser su líder con tal deficiencia!?- decía claramente rabioso Martín.
Mientras que en aquel sótano, discutían, en una callejón, ya hacia un solitario hombre, a quien a simple viste, parecía un desamparado más, pero no era así. –Ya es hora- susurro cuando tomaba su mochila, cerraba su Jacket y comenzaba a caminar hacia su destino. Esta extraña y misteriosa figura caminaba por las aceras de esta oscura y corrompida ciudad, pasando por todo tipo de lugares a los cuales muy pocos tendrían el verdadero valor de entrar.
-Juan, creo que ya es hora de salir- decía Martín a su amigo –ok, te sigo- Ambos salieron de ese sótano hasta un pequeño lobby de un edificio, el mismo en donde vivía Martín. – ¿No crees que es mu peligroso estar reunirnos allí?- preguntaba Juan –No, seria mas riesgoso hacerlo en mi apartamento, además los dueños del edificio saben que el sótano lo uso como taller, así que no hay problema- -si tu lo dices, esta bien- dijo Juan con un poco de desconfianza mientras atravesaban el lobby. En ese mismo instante, a menos de 50 metros de allí, el extraño se acercaba caminando con el paso más acelerado, viendo su reloj para asegurarse de estar en el punto y lugar correctos en el momento exacto para su encuentro.
No había nadie mas en la calle, solo el extraño que se acercaba con paso presuroso y aquel par de jóvenes saliendo del edificio. No había nada fuera de lo normal, hasta que en la esquina se vio un auto negro con vidrios polarizados giro bruscamente dejando oír el chirrido de los neumáticos contra el asfalto, la presencia oscura se sintió de inmediato en el aire, y Martín y Juan solo tenían un pensamiento en sus cabezas: La muerte. En ese instante, los vidrios del auto bajaron, dejando ver 3 cañones de alto calibre apuntando a los dos jóvenes que comenzaban a correr por sus vidas. Las balas comenzaban a salir a ráfagas, el sonido de las ametralladoras atravesaba todo el lugar, pero algo estaba fuera de lugar. Aquel extraño que caminaba segundos antes frente a Martín y Juan, estaba de pie entre las balas y los jóvenes que ya hacían en el suelo cubriendo sus cabezas.
El auto no paro, solo siguió y desapareció tan pronto como había llegado. Los jóvenes aturdidos se levantaron y vieron la figura de aquel extraño de pie justo frente a ellos, notando todas las balas intactas a los pies de el, y su cuerpo y ropas, están completamente intactas.
-¡Pe…pero no puede ser!- decía Martín asustado – ¡eso es imposible!- acotaba Juan – ¿Qui…qui...quien eres, y que has hecho?- le preguntaba Martín nervioso, pero el extraño solo lo volvió a ver con una sonrisa –Héroe- seguido por un silencio de asombro por parte de los jóvenes que veían incrédulos al extraño, este ultimo, tranquilamente levanto a los asombrados y les sacudió sus vestimentas, repitiendo otra ves la palabra –Héroe-
-¿Quién o que eres?- le preguntaban ambos… -yo… solo alguien que tenia que estar aquí en este día y a esta hora- respondió el extraño extendiendo su mano –pero si quien saber quien soy… pueden llamarme Salutari…preferiblemente Lutari- mientras estrechaba las manos de los incrédulos jóvenes. –deberíamos entrar, no es seguro están aquí afuera de noche- mientras comenzaba a caminar hacia el lobby del edificio. Ambos jóvenes entraron detrás de el viendo como esperaba el ascensor, entraba en el y tocaba el botón del piso exacto en donde vivía Martín. Cuando llegaron al séptimo piso, en donde estaba el apartamento de Martín, Lutari salió directo al 541, que era el número de apartamento exacto de Martín.
-
Creo que es acá ¿verdad?- mientras veía a Martín aproximarse – ¿como supiste?- le preguntaba aun sorprendido –te lo diré después, ahora si me permites- Lutari giro la perilla de la puerta abriéndola y entrando al apartamento, lo extraño no fue eso, si no fue que abrió una puerta que estaba cerrada, no por llave normal, sino con llave electrónica y una clave para entrar; aquello dejo mas sorprendido a Martín y Juan.
-Salutari… ¿quien eres en verdad?- preguntaba Juan viéndolo mientras bajaba su mochila –Héroe- contesto – ¿Héroe?, que clase de héroe hace ese tipo de cosas- le decía Martín – El tipo de héroe que necesitan las personas de esta ciudad, vacías de corazón, sin sueños ni metas, que piensan que su es el único que les dará un estilo de vida, que las fiestas y la vanidad son lo mejor… el héroe que cada uno necesita para cambiar, ver la verdadera vida y salir de la oscuridad en la que viven… -pauso viéndolos a los ojos- el mismo héroe que necesitan ustedes 2... Esas balas tenían sus nombres escritos, saben lo que están haciendo y desean eliminarlos- mientras sacaba una libreta de notas y un viejo lápiz en el que se notaba el paso del tiempo –Pero si sabias eso, como podemos confiar en ti, hasta pudieras ser uno de ellos queriéndose infiltrar para matarnos y desmantelar al grupo- le encaraba Martín – Confiad en mi joven amigo, además… ¿no buscaban a alguien que les ayudara?- dijo guardando su libreta –si…-suspiro Martín-pero no estoy seguro Salutari- -Tranquilo todo estará bien… y por favor llámame Lutari… con confianza- le sonreía mientras ponía su mano en su hombro. Martín se quedo en silencio un momento, vio a Lutari y estrecho su mano –bienvenido…”Héroe”-
Cap.1 Héroe
En un lugar, en donde el mal reinaba con puño de hierro, sus habitantes vivían bajo un régimen de vida vacía, sin saber lo que era en verdad vivir, pensaban que la vida era las cosas que traían placer, y no lo que en verdad era vida. Nadie sabía en realidad quienes eran, solo seguían lo que les decía su nefasto líder. Pero, entre las oscuras y frías calles de la ciudad, rondaba un Héroe. Nadie le conocía en realidad, pensaban que era un vago, un solitario, insociable, el mas puro ejemplo de escoria de la sociedad; pero no era así. Este tenía una misión, una misión que cumpliría a cualquier precio, aun si esto significaba pagar con su vida. Pero, ¿qué misión es tan importante como para dar hasta su propia vida por cumplirla?
En la ciudad, había un pequeño grupo, que estaban decididos ha hacer un cambio, no solo en sus vidas, si no en la ciudad entera y así poder sacar del poder al malvado líder, al cual llamaban “Atra” y a su mano derecha “Metus”. Pero lo único que les impedía avanzar y lograr su cometido, era la falta de un líder, que los mantuviera unidos y los impulsara a realizar sus sueños. ¿Quién seria este líder?
-Martín… si no hacemos nada pronto, nuestros esfuerzos serán en vano- se oye decir de un joven –Tranquilo, todo a su tiempo, ahora tenemos que encontrar a alguien que nos guie- dice otro un poco mas mayor –pero por que no nos diriges tu Martín… si tanto buscas un líder, por que no tomas tu el liderazgo del grupo- hubo un largo silencio incomodo, mientras el rostro de Martín solo se reflejaba seriedad –no… no estoy listo…- suspiro mientras golpeaba la pared del sótano en el que estaban –Pe…pero como que no estas listo, si tu mismo fuiste quien iniciaste el gru…- ¡¡¡LO SE!!! –Gritó- pero mira hasta donde los he llevado... ya capturaron a 5 y ejecutaron a 3… ¿¡como cabe en tu cabeza que yo pueda ser su líder con tal deficiencia!?- decía claramente rabioso Martín.
Mientras que en aquel sótano, discutían, en una callejón, ya hacia un solitario hombre, a quien a simple viste, parecía un desamparado más, pero no era así. –Ya es hora- susurro cuando tomaba su mochila, cerraba su Jacket y comenzaba a caminar hacia su destino. Esta extraña y misteriosa figura caminaba por las aceras de esta oscura y corrompida ciudad, pasando por todo tipo de lugares a los cuales muy pocos tendrían el verdadero valor de entrar.
-Juan, creo que ya es hora de salir- decía Martín a su amigo –ok, te sigo- Ambos salieron de ese sótano hasta un pequeño lobby de un edificio, el mismo en donde vivía Martín. – ¿No crees que es mu peligroso estar reunirnos allí?- preguntaba Juan –No, seria mas riesgoso hacerlo en mi apartamento, además los dueños del edificio saben que el sótano lo uso como taller, así que no hay problema- -si tu lo dices, esta bien- dijo Juan con un poco de desconfianza mientras atravesaban el lobby. En ese mismo instante, a menos de 50 metros de allí, el extraño se acercaba caminando con el paso más acelerado, viendo su reloj para asegurarse de estar en el punto y lugar correctos en el momento exacto para su encuentro.
No había nadie mas en la calle, solo el extraño que se acercaba con paso presuroso y aquel par de jóvenes saliendo del edificio. No había nada fuera de lo normal, hasta que en la esquina se vio un auto negro con vidrios polarizados giro bruscamente dejando oír el chirrido de los neumáticos contra el asfalto, la presencia oscura se sintió de inmediato en el aire, y Martín y Juan solo tenían un pensamiento en sus cabezas: La muerte. En ese instante, los vidrios del auto bajaron, dejando ver 3 cañones de alto calibre apuntando a los dos jóvenes que comenzaban a correr por sus vidas. Las balas comenzaban a salir a ráfagas, el sonido de las ametralladoras atravesaba todo el lugar, pero algo estaba fuera de lugar. Aquel extraño que caminaba segundos antes frente a Martín y Juan, estaba de pie entre las balas y los jóvenes que ya hacían en el suelo cubriendo sus cabezas.
El auto no paro, solo siguió y desapareció tan pronto como había llegado. Los jóvenes aturdidos se levantaron y vieron la figura de aquel extraño de pie justo frente a ellos, notando todas las balas intactas a los pies de el, y su cuerpo y ropas, están completamente intactas.
-¡Pe…pero no puede ser!- decía Martín asustado – ¡eso es imposible!- acotaba Juan – ¿Qui…qui...quien eres, y que has hecho?- le preguntaba Martín nervioso, pero el extraño solo lo volvió a ver con una sonrisa –Héroe- seguido por un silencio de asombro por parte de los jóvenes que veían incrédulos al extraño, este ultimo, tranquilamente levanto a los asombrados y les sacudió sus vestimentas, repitiendo otra ves la palabra –Héroe-
-¿Quién o que eres?- le preguntaban ambos… -yo… solo alguien que tenia que estar aquí en este día y a esta hora- respondió el extraño extendiendo su mano –pero si quien saber quien soy… pueden llamarme Salutari…preferiblemente Lutari- mientras estrechaba las manos de los incrédulos jóvenes. –deberíamos entrar, no es seguro están aquí afuera de noche- mientras comenzaba a caminar hacia el lobby del edificio. Ambos jóvenes entraron detrás de el viendo como esperaba el ascensor, entraba en el y tocaba el botón del piso exacto en donde vivía Martín. Cuando llegaron al séptimo piso, en donde estaba el apartamento de Martín, Lutari salió directo al 541, que era el número de apartamento exacto de Martín.
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Creo que es acá ¿verdad?- mientras veía a Martín aproximarse – ¿como supiste?- le preguntaba aun sorprendido –te lo diré después, ahora si me permites- Lutari giro la perilla de la puerta abriéndola y entrando al apartamento, lo extraño no fue eso, si no fue que abrió una puerta que estaba cerrada, no por llave normal, sino con llave electrónica y una clave para entrar; aquello dejo mas sorprendido a Martín y Juan.
-Salutari… ¿quien eres en verdad?- preguntaba Juan viéndolo mientras bajaba su mochila –Héroe- contesto – ¿Héroe?, que clase de héroe hace ese tipo de cosas- le decía Martín – El tipo de héroe que necesitan las personas de esta ciudad, vacías de corazón, sin sueños ni metas, que piensan que su es el único que les dará un estilo de vida, que las fiestas y la vanidad son lo mejor… el héroe que cada uno necesita para cambiar, ver la verdadera vida y salir de la oscuridad en la que viven… -pauso viéndolos a los ojos- el mismo héroe que necesitan ustedes 2... Esas balas tenían sus nombres escritos, saben lo que están haciendo y desean eliminarlos- mientras sacaba una libreta de notas y un viejo lápiz en el que se notaba el paso del tiempo –Pero si sabias eso, como podemos confiar en ti, hasta pudieras ser uno de ellos queriéndose infiltrar para matarnos y desmantelar al grupo- le encaraba Martín – Confiad en mi joven amigo, además… ¿no buscaban a alguien que les ayudara?- dijo guardando su libreta –si…-suspiro Martín-pero no estoy seguro Salutari- -Tranquilo todo estará bien… y por favor llámame Lutari… con confianza- le sonreía mientras ponía su mano en su hombro. Martín se quedo en silencio un momento, vio a Lutari y estrecho su mano –bienvenido…”Héroe”-